Pedro M. San Ginés Gutiérrez*
Particularmente, llevo más de quince años sufriendo no solo el veto infame de Radio Lanzarote y La Voz de Lanzarote, sino soportando furibundos ataques y permanentes faltas de respeto sin el menor derecho a réplica por la cobardía que ha caracterizado siempre a la forma de los hermanos Acosta de hacer infraperiodismo. Con todo, encima se permiten acusarme de ser quien les veté durante mis diez años de Presidencia en el Cabildo de Lanzarote en los que, a pesar de todo eso, o quizá precisamente por eso, mantuvimos los apoyos populares durante todo ese tiempo.
Se han sentido muy cómodos mientras el único vetado durante tantos años fui solo yo, tratando en todo momento de dividir a Coalición Canaria, como si hubiera una parte mala que personalizan en mí, en Echedey Eugenio y en los pocos que les cantamos las verdades del barquero y no nos sometemos a sus chantajes ni nos plegamos ante su modus operandi y máxima como línea editorial: “tanto pagas, tanto vales”.
Pero, esta vez, han pinchado en hueso porque el motivo de su monumental enfado es demasiado obsceno para torcer el brazo a esta organización. Han mantenido un pulso silencioso intentado durante tres semanas que sucumbiéramos a la presión de su apagón informativo, pero terminaron invitándonos a sus debates electorales porque, de lo contrario, afloraría su veto vergonzante y sectario, y eso es algo que no se podían permitir.
Pero lo verdaderamente indigno no es que esto lo haga una empresa privada, que a fin de cuentas ya toda Lanzarote sabe cuál es el único interés que mueve a sus propietarios –interés que no tengo la menor duda de que volverá a aflorar cuando el PSOE ya no esté en el gobierno, como afloró tras la etapa de Carlos Espino cuando les inyectó ingentes cantidades de dinero desde su cargo de consejero al frente de los CACT– y, por eso, les va la vida en mantenerse ahí,los unos a los otros, de ahí su premio a la obra social que se prestan mutuamente.
Lo más vergonzante para la primera institución es que su presidenta, Dolores Corujo, se haya empecinado contra viento y marea en otorgarle el Jameo de Oro Social a Radio Lanzarote, saltándose el reglamento que ella misma propuso y aprobó en este mandato, no porque lo diga Coalición Canaria, sino porque así lo certifica un informe del secretario general del pleno del Cabildo de Lanzarote, una vez que nuestra organización denunció los hechos y solicitó dicho informe.
Vergonzante e indigno para la institución, porque es la primera vez en la historia que el Cabildo entrega este tipo de reconocimientos públicos destinados a “entidades sin ánimo de lucro que hayan contribuido al bienestar social de la isla” y resulta que Dolores Corujo, no solo se niega a dárselo a la única ONG propuesta –Calor y Café– a solicitud del grupo nacionalista, bajo el pretexto de que estaba fuera de plazo. Otra falsedad por cuanto hay otros galardones, tresJameos de Oro y un Hijo Predilecto, propuestos solo por nuestra formación en idéntico plazo que la ONG dirigida por esta suerte de santa Teresa de Calcuta que es sor Ana de Lanzarote, a quien le sobra cualquier reconocimiento que no sea el de su conciencia y su compromiso incondicional con los más desfavorecidos. Lo único cierto es que se niega a dárselo a ninguna otra oenegé que no sea Radio Lanzarote, ver para creer.
Dolores Corujo debe cumplir con el reglamento y para eso, si no le parece adecuada la ONG propuesta, tiene un amplio abanico de opciones de entre las muchas que operan en la isla, algunas con décadas y hasta medio siglo de servicios –como AFA o ADISLAN– o como EL CRIBO, AFOL, CARITAS, AFACODA, FLORA ACOGE, TINGUAFAYA, MARARIA, PEQUEÑO VALIENTE, LA VIDA ES ZUAINA… y tantas otras, a las que pido disculpas por la omisión, todas ellas merecedoras algún día de este Jameo de Oro social que la presidenta usurpa con su obcecación.
Para colmo, cuentan en los mentideros del Cabildo que Espino anda buscando como loco algún técnico que le haga un informe que les ayude a vestir el santo para subsanar lo insubsanable, y alguien les diga que sí, que está suficientemente acreditada la labor social de Radio Lanzarote. Como si no pudieran crear un premio a los medios de comunicación que, siendo más que discutible en cuanto a los méritos de sus actuales dirigentes, al menos encajaría en la categoría.
En definitiva, invito a Dolores a Corujo a celebrar cuanto antes el pleno que otorgue los galardones de honores y distinciones a todos los que sí cumplen con el reglamento aprobado y no tienen ninguna culpa de este despropósito. Ni los dos hijos predilectos –ambos de avanzada edad–, ni la hija adoptiva, ni la docena de Jameos de Oro con los que estamos absolutamente de acuerdo, y que han sido anunciados ante los medios de comunicación y la ciudadanía, merecen ser víctimas de la obstinación de la presidenta en otorgar el premio a la Obra Social a quien, según el propio informe jurídico del secretario general del pleno, no cumple con los requisitos reglamentarios para ello.
* Pedro M. San Ginés Gutiérrez es portavoz adjunto de Coalición Canaria en el Cabildo de Lanzarote.