Echedey Eugenio Felipe*
Siempre he creído que reconocer los errores es la única forma de empezar a corregirlos y, más allá de una reflexión, he acabado convirtiendo esta idea en una filosofía de trabajo que creo que siempre da buenos resultados.
Me gustaría aprovechar estas líneas para, como cargo público del Ayuntamiento de Arrecife, pedir disculpas a los vecinos de la capital, en general, y a los de Titerroy, en particular, con especial mención a las siete familias desalojadas de su vivienda hace ya demasiado tiempo.
Me gustaría disculparme con todos ellos no tanto por acciones propias sino por el triste y lamentable espectáculo al que pudimos asistir el pasado miércoles en el pleno municipal en el que, a propuesta de la oposición, se pretendía debatir una vez más sobre la situación de estas familias.
Muchos han sido los errores desde aquel triste día de julio de 2009. De camino ya a catorce años de errores, desafortunadas intenciones y muchísima desidia política y administrativa.
Es cierto, no hay que negarlo, que la mala gestión de este asunto no pasa por colores políticos ni por alegatos grandilocuentes, sino por desafortunadas decisiones y muy poca empatía con quienes sufren el problema.
Mi intervención en el citado pleno quise hacerla con responsabilidad y ofreciendo a esos vecinos y a la ciudadanía lo mejor que debemos ofrecer quienes tenemos responsabilidades públicas en estos casos: sinceridad, humildad y propósito de enmienda.
Desgraciadamente, ni responsabilizar a anteriores mandatarios, ni hacer huelgas de hambre, ni delegar competencias, pero tampoco pedir plenos extraordinarios o pintar partidas en presupuestos carentes de contenido jurídico, arreglarán el problema de estas siete familias que llevan ya casi catorce años fuera de sus casas.
Acabamos un mandato y todos –gobierno y oposición, buenos y malos, unos y otros– debemos reconocer lo que hemos hecho: FALLAR A LOS VECINOS DESALOJADOS DE TITERROY. Sí, en mayúsculas.
Pero, como explicaba al principio, más allá de aprender de los errores y dar muestra de la humildad que, como servidores de lo público, debemos a la ciudadanía, hablar del problema no implica la capacidad para solucionarlo.
Se equivocaron los que apostaron por las áreas de rehabilitación y renovación urbana (ARUS) como fórmula idónea, al tratarse de una figura que no es adecuada cuando existen vecinos en la zona que tienen sus casas en perfectas condiciones; se equivocaron quienes hicieron un trámite sin contar con la firma de todos los vecinos; se equivocaron los que en 2017 dejaron de pagar las subvenciones al desalojo y se equivocaron los que, durante los últimos cuatro años, han tenido tres concejales al frente que no se han preocupado de dar respuesta al problema.
El Ayuntamiento de Arrecife ya ha demostrado que no está preparado para dar una solución y, ni un ARU ni una subvención sin destino concreto, cambiarán esta situación. Así que miremos el problema con perspectiva y consultemos la historia reciente de situaciones similares y la respuesta generada por quienes sí han sido capaces de dar solución a familias en idénticas condiciones que las de Titerroy.
Miremos a Jinámar, Añaza, Alisios o Las Chumberas y pensemos en el Instituto Canario de la Vivienda (ICAVI) como la herramienta a través de la cual gobierno, propietarios y ayuntamiento encomendemos la ejecución de las reformas en las viviendas de nuestros vecinos.
Y hagamos esto con transparencia, contando desde el primer día con cada una de las siete familias afectadas y, sin engaños ni promesas vacías, desde el primer día de mandato dejemos de hablar del pasado y remanguémonos para dar soluciones y que, en el ecuador de mismo, las familias puedan volver a sus casas.
Además, lo haremos desde el primer momento y encomendaremos esta tarea a un vecino del barrio que, por su doble condición, tocará cada día a la puerta del ICAVI y del gobierno esperando en el pasillo cada vez que se tenga que traer o llevar un papel o carpeta de ese proyecto.
Estimados vecinos, asumo, mejor dicho, asumimos el compromiso de dejar de hablar de los desalojados de Titerroy para empezar, desde el primer momento, a TRABAJAR EN DAR UNA SOLUCIÓN AL PROBLEMA DE LOS DESALOJADOS DE TITERROY. Sí, en mayúsculas.